02 Dic Adaptar piscinas para la natación en la época invernal
Practicar la natación es algo que aporta múltiples beneficios a las personas con discapacidad o movilidad reducida. Dedicando unas tres horas a la semana pueden prevenir y evitar problemas de salud como la hipertensión o la subida de colesterol. Además, fortalecer los músculos y la densidad ósea, aumentar la capacidad pulmonar y la coordinación y mejorar el estado de ánimo. Es por ello, que muchas personas, centros, hoteles y ayuntamientos, entre otros, deciden adaptar piscinas.
Por ello, veremos cómo de importante es adaptar piscinas con elevadores acuáticos, para que así todo el mundo pueda practicar este deporte.
Beneficios de la natación adaptada
Los beneficios que se pueden llegar a conseguir al adaptar piscinas para practicar la natación son muchos. Pero, primeramente, debe realizarse en instalaciones que cumplan una normativa y una serie de requisitos de seguridad y adaptabilidad, para que así todos los usuarios disfruten del ejercicio en igualdad de condiciones.
Poder dominar esta actividad hace que se mejore la postura que tenemos normalmente, aumente la motricidad, se fortalezca tanto en el desarrollo físico, como el psíquico. Otro de los puntos positivos de adaptar piscinas cubiertas es que se puede nadar durante todo el año con distintos planteamientos y objetivos.
- Utilidad: Se gana autonomía y confianza en el agua y se aprende a nadar.
- Educación: Complementa de buena forma la formación de los alumnos.
- Entretenimiento: La piscina adaptada puede ser un espacio de ocio para integrarse y socializarse con los demás.
- Terapéutico: Los ejercicios en el agua dan pie a que se mejore la salud de muchas personas que lo practican y ofrece una mejoría del organismo.
- Competiciones: Se pueden formar y entrenar deportistas de alto rendimiento.

Normativas para adaptar piscinas
Las piscinas accesibles son aquellas que puedan ser usadas por todas las personas, independientemente de barreras o limitaciones. No solo en lo que concierne a la entrada al agua, sino a la hora de aparcar, el vestuario, baño, etc. Además de contar con las señalizaciones propias para poder acceder. La normativa en sí para adaptar piscinas viene recogida en varios sitios, tanto para las piscinas públicas como las privadas:
- Ley 49 de 1960 sobre la Propiedad Horizontal.
- Ley 15 de 1995 sobre los límites del dominio sobre inmuebles para eliminar barreras arquitectónicas a las personas con discapacidad.
- Real Decreto 173/2010, de 19 de febrero, por el que se modifica el Código Técnico de la Edificación, aprobado por el Real Decreto 314/2006, de 17 de marzo, en materia de accesibilidad y no discriminación de las personas con discapacidad.
- Real Decreto número 1 del 29 de noviembre de 2013 con aprobación del Texto Refundido de la Ley General de Derechos de las personas con discapacidad.
Características de las piscinas adaptadas cubiertas
A la hora de adaptar piscinas, todas ellas deben seguir una serie de directrices que facilitan la vida a los usuarios.

- Acceso a las instalaciones: Lo primero es que todo el mundo pueda entrar en el recinto, ya que, si no es así, el resto no sirve de nada. Las entradas y salidas deben ser accesibles para aquellas personas con movilidad reducida. Por lo que, por ejemplo, no puede haber escalones, o, si los hay, que exista alguna alternativa para entrar. Además, deben ser lo suficientemente amplias para que entren las sillas de ruedas y poner interruptores o timbres a una altura considerable.
- Interior: El interior del recinto tiene que contar con ciertas características obvias, como suelo antideslizante, bordes de la piscina redondeados, clarificar los cambios de rasante y colocar señalización de acceso, entre otras cosas para adaptar piscinas.
- Escaleras: Si existen escalones para entrar al recinto deben estar marcados con colores contrastados y, también, con material antideslizante.
- Rampas de acceso: Se recomienda una rampa de pendiente suave y que incluya un pasamanos a ambos lados. El ancho debería oscilar entre los 82 y los 95 centímetros y la pendiente inferior al 8%. Al final de la misma debe haber una zona plana para girar la silla de ruedas, si es necesario.
Grúas y elevadores de piscinas: Las piscinas cubiertas adaptadas deben equiparse con grúas de piscina o ascensores acuáticos para entrar y salir del vaso de la piscina. Sirven tanto las hidráulicas como las eléctricas. Estos deben situarse en zonas donde no se supere los 120 centímetros de profundidad.